Tomando como referencia los patrones de segregación racial en Salvador, Rio de Janeiro, Santiago de Cali y Bogotá, este artículo de reflexión propone un nuevo léxico político en los estudios sobre las dimensiones espaciales del racismo a partir de los conceptos de biopolis, necrópolis y blackpolis. Sostengo que los referenciales teóricos del “derecho a la ciudad” son importantes pero insuficientes para dar cuenta de la experiencia única de las gentes negras con las ingeniarías macabras que producen la ciudad multicultural. Blackpolis/Negrópolis es, entonces, presentada como una comunidad política alternativa fundada en una ética negra que resignifica lo que entendemos como humanidad, que reorganiza el mundo de la producción y que reconfigura radicalmente el vivir urbano de los condenados y condenadas de la ciudad.