El presente artículo estudia cómo se representa la masculinidad afrodiaspórica en Siembra (2015), un film dirigido por los colombianos Santiago Lozano Álvarez y Ángela María Osorio Rojas. Aquí analizo cómo la pérdida de un hijo da cuenta del estatuto contradictorio de la vida negra: una serie de vivencias que van del goce a la vulnerabilidad extrema. Mi análisis relaciona la violencia sufrida por un hombre afrocolombiano con lo que Christina Sharpe llama vigilia [wake]; es decir, un estado de duelo imposible de ser representado de manera total, definitiva, pero que de cualquier manera remite a una experiencia compartida por la que se articulan formas de resistencia. Desde allí, Siembra ayuda a pensar, por ejemplo, las formas en que el migrante negro hace uso del espacio urbano y así recupera la autoridad masculina perdida en el desplazamiento forzoso.