El presente texto tiene por finalidad poner en evidencia los atropellos realizados por el Estado de derechos reconocidos en los instrumentos internacionales suscritos y ratificados por el Perú, algunas veces de manera subrepticia, de contrabando, podríamos decir, y otras, generando ruido y, lo que es peor, tragedia. La poca importancia que el Estado peruano le da a los compromisos internacionales que asume al suscribir o, en su caso, ratificar, esos instrumentos, es tan flagrante que los años de su entrada en vigencia coinciden con los de promulgación de normas que los transgreden.