Este artículo analiza la autobiografía Native Country of the Heart de Cherríe Moraga, explorando cómo la autora aborda las complejidades de la identidad y opresión chicana desde una perspectiva interseccional. Aplicando la teoría de Kimberlé Crenshaw, se examina cómo el género, raza, sexualidad y discriminación moldean la vida de Moraga. Se arguye que Moraga utiliza narrativas para desafiar estereotipos, visibilizar experiencias marginadas y promover justicia social. El análisis enfatiza su representación de historias personales y familiares como actos de resistencia contra el silenciamiento colonial.