El trabajo del actor, director y dramaturgo chileno Guillermo Calderón (1971) vuelve a creer en el poder transformador del teatro. En su última obra, Diciembre, el compromiso político con la realidad se articula a partir del espacio doméstico, que sirve de arena para el enfrentamiento de los aspectos más crudos de la vida nacional. La obra es un plato fuerte pero no indigesto y, al igual que sus obras anteriores, conmueve precisamente por la transparencia y la urgencia de un mensaje que, si bien se construye a partir de lo local, viaja con facilidad. Diciembre, junto a Neva y Clase, es la pieza más reciente de una trilogía de obras vinculadas a la contingencia política y social chilena, reconocidas tanto en Chile con premios de la categoría del Círculo de críticos (2006) y el Altazor (2007), como en el extranjero, dónde han participado en festivales internacionales como los de Cádiz, Módena y Nápoles.