Se propone un análisis de los entornos hostiles que enfrenta actualmente la juventud, en su núcleo familiar, en el ámbito escolar y en su lugar de origen que provocan la deserción escolar, el desarraigo familiar y la migración. Una reflexión que surge a partir del contacto con las personas estudiantes de educación básica y media superior en México y desde el contacto con poblaciones de alta marginación en zonas urbanas e indígenas del país, se plantea un análisis desde la experiencia docente y formativa, se propone observar con una mirada respetuosa y compasiva hacia la población juvenil que desde un discurso adultocéntrico se desacredita su papel en nuestra sociedad, se propone abrir las puertas a una nueva perspectiva de juventudes con identidad propia, como agentes del cambio en sus comunidades de origen, papel que legítimamente les pertenece como personas y como ciudadanos.