En Las tierras arrasadas (2015) del autor mexicano Emiliano Monge, se desafía los conceptos más tradicionales sobre la noción de la frontera, entre los que se cuentan la idea de lo estático, lo continuo, y lo pasivo. Como argumento en este artículo, lo anterior se realiza a través del reconocimiento de los agentes humanos y no-humanos que de manera dinámica, componen y transforman uno de los corredores selváticos de la frontera Guatemala-México dentro del imaginario narrativo. Propongo que mediante dicho reconocimiento, Las tierras arrasadas logra cuestionar los límites de lo humano al exponer cómo es que la artificialidad de dicha categoría se evidencia en el conglomerado de la selva.